Acudir a un evento deportivo es sinónimo de diversión, buen ambiente y comida. Quién acude a un recinto o estadio deportivo, tiene la opción de disfrutar unas ricas botanas, comida o cena.
Aunque muchas veces no cumplen las normas de higiene de manera estricta, disfrutar de unas botanas o bebidas en el futbol, béisbol y otros deportes, es algo muy común hoy en día.
Así mismo, la comida rápida en los recintos deportivos es uno de los negocios más grandes que existen, la mayoría están sujetos a los días que hay partido o evento.
En Cancún, uno de los principales lugares donde se puede comer mientras se observa un partido de béisbol, es el Estadio Beto Ávila, casa de los Tigres de Quintana Roo.
Desde la entrada, uno puede ver el “pasillo de las delicias”: nachos, tacos de diferentes guisos, choripanes, chicharrones, tortas, raspados, hot dogs, sandwiches, alitas, papas a la francesa, chicharrones, marquesitas, kibis, piedritas… Y la lista continúa.
Por supuesto, para acompañar la comida, también están las bebidas, siendo más popular: la cerveza. Sin embargo, también se pueden encontrar refrescos, café, jugos, aguas, saborines y hasta raspados.
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De gran tradición
No importa en qué momento se esté desarrollando el partido, los vendedores también aprovechan para caminar entre las gradas y hacerle saber a la afición que ya pueden comprar sus alimentos sin moverse de su asiento.
Uno de ellos y de gran tradición, son los “Tacos y Campesinos”, cinco tacos de guisos puestos sobre una charola, bañados en una salsa verde picosa. Estos tacos se han vuelto la sensación desde que los Tigres de Quintana Roo llegaron a Cancún en el año 2007.
Otros, que es fácil de localizar siguiendo los gritos del vendedor, son los “Kibiiiiiiis” y piedritas, una especie de albóndiga frita, elaborada con las manos, con masa de trigo y rellena de carne molida, aunque en versiones más regionales también encontramos el kibi relleno de queso de bola, aderezado con su cebolla morada bien picada.
Así, no importa cuando tiempo dure el partido, la diversidad gastronómica del Parque de béisbol es sin duda un buen acompañante.