En sus reducidas posibilidades, una locataria del mercado municipal de esta cabecera municipal, principal asentamiento de la zona maya quintanarroense, promueve una singular estrategia que amalgama el cuidado del medio ambiente y la economía de su clientela. Así, María Isabela Yamá Chi le otorga a quienes consumen en su puesto de ese centro de abasto un kilo de frutas o de verduras por ir a comprarle con una bolsa de mandado no desechable, es decir, no de nylon o plástico.
Ello, aunque de manera mínima, le reduce gastos al disminuir ella misma la compra de bolsas de nylon que usualmente destina para darle a sus clientes, a los que ahora incentiva para que compren “a la antigüita” con su bolsa de mandado o “sabucán”, como es conocida en la Península de Yucatán. El procedimiento que la comerciante prosigue para premiar a sus clientes con conciencia ecológica consiste en darles “puntos” acumulables para canjearlos hasta por un kilo de la fruta de su preferencia.
Los puntos son materializados en un vale que tiene un valor de un peso que los clientes pueden acumular hasta tener la posibilidad de cambiarlos por un kilo de la fruta o verdura que deseen. Yamá Chi, dijo que tienen como propósito cuidar el medio ambiente y una de las estrategias es llevar a cabo esta actividad, la cual busca despertar la conciencia de la sociedad al ir a comprar al mercado.
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Añadió que ya pegó carteles en su negocio para que la gente vea y puede realizar esta acción, en la que explica su iniciativa a sus clientes para que se sumen a ella.
Asimismo, dijo esperar que más de sus compañeros locatarios se sumen a esta causa, la cual tiene como único objetivo cuidar el medio ambiente ante la problemática que actualmente enfrenta.
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