Tradicional Muhul
A través de la ceremonia del Muhul, un joven pidió la mano de su prometida

Hunucmá, Yucatán.- Un joven pide la mano de su novia, de manera tradicional, a través del “Muhul” o dote.

El Muhul es una tradición conocida en el interior del estado, sobre todo en el sur, como la dote que un muchacho debe entregar si desea casarse.

En caso de que un joven quiera pedir la mano de su “enamorada”, él y sus padres deben visitar a la familia de la muchacha en tres ocasiones, mismas en las que los jóvenes no hablan y son los padres los que se tratan.

Después de la tercera y última ocasión, los padres del muchacho deben esperar un período de gracia en el que los irá a ver el anciano más respetado de la localidad para informarles si los papás de la joven aceptaron la propuesta matrimonial.

Si la respuesta es positiva, los papás del joven besan la mano del hombre mayor y lo acompañan a la puerta, donde los habitantes esperan para enterarse por boca del mismo abuelo si pronto habrá boda.

La dote o Muhul se entrega por la tarde en casa de la joven y se hace un discreto convivio interfamiliar. Se agradece la respuesta enviada y el padre de la novia verifica en presencia de todos que el Muhul “esté bueno”. Es en esta revisión la familia de la novia puede cambiar de opinión, ya sea porque los artículos “no valen” lo que “vale” la muchacha, o porque no son dignos de ella.

Un dato curioso es que, ante el monto que llega a costar el Muhul, a veces mejor los padres del novio le recomiendan “escapar” con la novia, así se libran de pagar la dote.

Conservan sus tradiciones

A pesar de que ya muchos consideran que esta tradición está obsoleta, en Hunucmá, el joven Raúl Arturo Chuc Mex, demostró lo contrario, al pedir la mano de su novia, Mercy Alejandra Borges Beltrán de Mérida, mediante esta tradicional ceremonia realizada el pasado 29 de julio.

―Se trató de una bonita experiencia y que en esta época no debe causar pena ni vergüenza, pues está llena de muchos significados que me hicieron sentir bien al igual que a mi familia―, señaló Mercy Borges, al hablar de la ceremonia en la que Raúl y sus padres pidieron su mano.

―Para nosotros era muy importante que los padres de Mercy comprendieran cuál era nuestra intención al hacer la petición de mano según la antigua tradición―, explicó José Arturo Chuc Uc, padre del novio.

La madre del joven, Ginelia Mex Cob, señaló que con la ceremonia buscan que los novios comprendan la importancia de valorarse a sí mismos, pensando que la vida que van a iniciar y experimentar como esposos, es algo serio y para toda la vida.

Para la pedida de mano, como se indica en los antiguos cánones, los padres del novio llegaron a casa de la novia cargados de un pavo de doble pechuga (pues no pudieron conseguir el tradicional pavo indio de buen tamaño), una caja repleta de pan dulce, una mallorca, tablillas de chocolate hechas a mano, un queso de bola, puros (en lugar de cigarros), diez cartones de cerveza, una canasta con diferentes botellas de licores y algunas cajas de refrescos.

Además, los familiares del novio llevaron alimentos para el convivio al finalizar la ceremonia.

―Tenía una idea de cómo es esta tradición, pues mi novio me había comentado algo, pero al final se trató de una sorpresa agradable que superó mi expectativa―, dijo Mercy Alejandra, de 26 años de edad.

―Se puede considerar algo pasado de moda, pero mis padres quisieron que, al igual que hicieron con mis cuatro hermanos, continúe con esta bonita tradición―, agregó Raúl Arturo, de 30 años de edad.

Cabe señalar que los jóvenes dieron a conocer por medio de las redes sociales la realización de la ceremonia y la manera en la que se hizo.

―Soy de Mérida y hasta donde sé, ninguna de mis amigas ha pasado por esta experiencia tan bonita―, señala Mercy.

Aunque admite que al principio la puso nerviosa que la ceremonia se haga de acuerdo a la antigua tradición, dijo que después se sintió especial y dichosa.

―Tenemos muchos amigos de la universidad y es común encontrar compañeros y compañeras que decidieron iniciar su familia sin ninguna religión e incluso sin acudir al Registro Civil, pero nosotros quisimos formalizar nuestra unión según la tradición de mis padres―, indicó Raúl, pues además de que buscan un matrimonio formal, buscan un respeto ante la sociedad.

Los padres de la novia se dijeron muy emocionados, pues no es común que una familia exprese con tanta alegría, devoción y detalle la llegada de un nuevo miembro a su familia.

Tanto los novios, como sus padres, consideran que vale la pena continuar con esta tradición de pedida de mano, pues contribuye a hacer sólido un matrimonio.

Mercy y Raúl estudiaron y obtuvieron la licenciatura en nutrición y nacieron en la misma fecha: el 5 de septiembre.

Durante la pedida de mano pidieron un plazo de seis meses para la boda civil y religiosa.

Tradicional Muhul
A través de la ceremonia del Muhul, un joven pidió la mano de su novia

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